martes, 30 de diciembre de 2008

Curiosidades Navideñas


Uvas Nochevieja:

El año 1909 fue muy bueno para estos cosecheros, pero fue tal la cantidad de producto que recogieron que no sabían qué hacer con ello. Así es que, en un derroche de imaginación, consiguieron dar salida al excedente de uvas inventando que consumirlas el día de Nochevieja daba buena suerte. Y debió de dar mucha, porque desde aquel año, este rito se ha seguido haciendo y, en los últimos años, algunos países sudamericanos también han empezado a institucionalizarlo.

Árbol Navideño:

Parece ser que la costumbre del árbol de Navidad nació en Alemania, en la primera mitad del siglo VIII. Estando predicando el misionero británico San Bonifacio un sermón, el día de Navidad, a unos druidas alemanes para convencerles de que el roble no era ni sagrado ni inviolable, el "Apóstol de los alemanes" derribó uno. El árbol al caer fue destrozando todos los arbustos excepto un pequeño abeto. San Bonifacio, interpretó la supervivencia del arbolito como un milagro, concluyendo su sermón: "Lamémosle el árbol del Niño Dios". Los años siguientes los cristianos celebraron las Navidades plantando abetos. En el siglo XVI se decoraban los abetos en Alemania para festejar la Navidad; en España no alcanzó popularidad hasta mediados del presente siglo.

Roscón de Reyes:

Este dulce, uno de los más antiguos de Navidad, tiene un origen pagano. El Imperio Romano celebraba la llegada del año nuevo el 1 de marzo. Los romanos atendían a las leyes del tiempo, porque al llegar la primavera desbordaban de vida árboles y plantas, y la luz aumentaba, lo que hacía creer que comenzaba un nuevo ciclo anual.

En aquellos tiempos, desde mediados de diciembre a finales de marzo tenían lugar las fiestas de invierno, durante las cuales Roma celebraba la protección de sus dioses. Años más tarde la Iglesia logró cristianizar esas fiestas paganas superponiendo la fecha del nacimiento de Cristo al solsticio de invierno. Con motivo de aquellas fiestas se elaboraban unas tortas redondas hechas con higos, dátiles y miel que se repartían entre plebeyos y esclavos. En su interior se introducía una haba seca y al afortunado al que tocaba la legumbre era nombrado rey de reyes durante un corto periodo de tiempo.

Hacia el año 1000 la Iglesia había logrado transformar el espíritu primitivo de la fiesta de tal modo que en diversos lugares de Francia la figura del "rey haba" recaía sobre el niño más pobre de la ciudad. Felipe V importó en España esta tradición del rosco como culminación de las fiestas de Navidad, desprovisto de todo simbolismo y cubierto de frutas escarchadas con alguna sorpresa escondida en su interior.

jueves, 18 de diciembre de 2008

Ritual del sumo

Los grandes campeones, los yokozuna, realizan rituales previos vestidos con un delantal ceremonial y un cinturón del que cuelga un papel plegado. El primer ritual, antes de cada combate, echar unos puñados de sal dentro del ring para purificar el lugar. Después, aplaude dos veces para llamar a los Dioses, luego extiende sus brazos con las palmas hacia arriba y luego hacia abajo, para indicar que acude sin ningún tipo de armas. Una vez dentro del círculo, los dos contrincantes levantan una pierna y dan pisotones para ahuyentar a los malos espíritus e intimidar a sus oponentes.

Una de las primeras referencias al sumo se encuentra en el libro más antiguo del Japón, el Kojiki o "registro de cosas antiguas" presentado a la Corte Imperial en el año 712. El libro relata una leyenda sobre los orígenes del sumo hace 2500 años. Cuenta la leyenda que los dioses Takemikazuchi y Takeminakata se batieron a duelo en un combate de sumo por el derecho a habitar la isla, cerca a las playas de Izumo. La victoria del primero de los dioses permitió que el pueblo japonés ocupe todo el archipiélago.

Otro documento sobre el origen del sumo es el Nihon Shoki o Crónicas del Japón, escritos en el año 720. El texto relata que el primer combate se realizó el año 23 antes de nuestra era, bajo el reino del emperador Suinin. La lucha se realizó por pedido del artesano Nomi no Sukune para combatir contra Taima no Kehaya. La lucha duró un tiempo prolongado, hasta que los golpes mortales de Sukune hirieron mortalmente a su adversario Kehaya. Sukune se convierte así en el gran vencedor y pasará a la posteridad como el "padre del sumo".

Es solamente en el año 642, bajo el reino de la Emperatriz Kōgyoku, cuando se encuentra un documento históricamente identificado. La Emperatriz quiso, a través de los combates de sumo, distraer a su invitado, un embajador del reino coreano de Baekje. En el siglo VIII el emperador Shomu mando a reclutar sumaibito o sumotoris en todo el Japón para que puedan luchar en los jardines del Palacio Imperial durante las fiestas llamadas sechie. Estas fiestas eran organizadas el séptimo día del séptimo mes lunar, en agosto según nuestro calendario actual. Así el antiguo combate se convierte en una lucha con costumbres o ritos que lo alejan progresivamente de sus orígenes agrarios. Con el Emperador Kanmu el combate se hizo anual y esto perduró hasta el siglo XII. Hubo, sin embargo, un cambio significativo bajo el reino del Emperador Saga, que le dio al sumo un nivel cercano al de un arte marcial, llegando posteriormente a convertirse en un arte marcial en el siglo XII, y practicado por la clase guerrera.

Niveles Sumo:

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martes, 16 de diciembre de 2008

Cuchillos redondeados

Los cuchillos, en sus inicios, al ser además de un instrumento de corte un instrumento bélico, e incluso un instrumento de pincho (haciendo las funciones de tenedor) tenía en su extremo forma puntiaguda.

El redondeo en su extremo superior, al menos en los cuchillos de mesa, tiene un origen admitido por gran parte de autores, viene de la época de Luis XIII (1.601-1.643), y más concretamente del conocido y temido Cardenal Armand Jean du Plessis Richelieu (1.585-1.642).

Los actos sociales organizados por el Cardenal eran conocidos en toda Francia, pero había una cosa que desagradaba de forma notable al Cardenal. El uso, por algunos de sus invitados, del cuchillo como mondadientes y como instrumento de manicura. Y en especial, de su invitado el Canciller Pierre Séguier, habitual en sus fiestas. El Cardenal no soportaba ver como el Canciller utilizaba, con suma destreza, la punta del cuchillo como mondadientes.

Richelieu, sagaz e inteligente, no lo dudó un momento. Ordenó a su servicio que redondease todas las puntas de sus cuchillos para sorpresa de sus invitados.

Pero esta acción no solo tuvo repercursiones en los banquetes del Cardenal, sino que la idea se fue extendiendo por toda la corte llegando a propagarse poco a poco por todo el mundo.

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lunes, 15 de diciembre de 2008

El papá noel vasco


El Olentzero es un carbonero que se representa como un hombre grueso, desarrapado, manchado de carbón, de buen comer y borrachín. El Padre Donostia lo describe como "cabezón sin inteligencia" (buruhandia, entendimendu gabea) o "puerco barrigudo" (urde tripaundia). Su singular característica es que vive aislado de la sociedad dedicado a hacer carbón vegetal en el bosque gustándole comer y beber bien y cada invierno baja de las montañas a los pueblos.

La hipótesis más extendida es que el origen de Olentzero es anterior a la cristianización del País Vasco y que, como indica Claude Labat "el personaje del Olentzero debe ser ubicado dentro de las celebraciones del solsticio de invierno".

Hay constancia de la existencia en el territorio vasco de la conmemoración del solsticio de invierno y el renacimiento de la naturaleza y del sol. En esta línea, el aspecto desarrapado, descuidado y viejo del personaje simbolizaría el tiempo pasado y su quema, manera habitual en la que terminaba el pasacalles del día de Nochebuena, representa la destrucción de toda relación con el "tiempo viejo" y el recibimiento de un nuevo tiempo. El paso de un tiempo que ya muere a uno renovado y lleno de vida, en palabras de J.M. Satrústegui, "supone dejar el camino libre al año que llega".

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Los continentes


Europa

A la cuna de la civilización occidental, se le llama así en recuerdo de una ninfa de gran belleza que despertó el amor de Zeus -el padre de todos los dioses del Olimpo-, quien se metamorfoseó en toro para poder raptarla y llevársela consigo a Creta. En un principio se aplicó el nombre de Europa sólo a la parte continental de Grecia, en oposición al Peloponeso y a las islas.

Asia

El continente asiático recibe su nombre de la diosa homónima Asia, deidad oceánica fruto del matrimonio entre Océano y Tetis, madre de las fuentes y los ríos.

Africa

El continente Africano toma su nombre de una diosa representada por una mujer bizarra, de porte oriental sentada sobre un elefante y que sujeta en una mano el cuerno de la abundancia y un escorpion en la otra.

Oceanía

Proviene de Océano, el dios-río universal, cuya corriente lo baña todo para volver finalmente sobre sí mismo.

América

Su nombre se lo debe su nombre al navegante de origen italiano Américo Vespucio. En uno de los cuatro viajes que realizó al Nuevo Mundo exploró y cartografió las costas de Brasil y Argentina, llegando a la conclusión de que aquello no podía ser Asia, por lo que dedujo que se trataba de un continente nuevo. En honor a este hallazgo, las originalmente llamadas Indias Occidentales tomaron su nombre

Antartida

El caso de la Antártida es especial. Su apelativo proviene de la voz griega antartikos, por oposición a artikos, que a su vez deriva de la palabra arktos, que significa oso, por encontrarse la estrella polar en la constelación de la Osa Menor.

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miércoles, 10 de diciembre de 2008

¿Quemarse a lo Bonzo?

Muchas veces hemos escuchado e incluso utilizado la expresión "quemarse a lo bonzo", pero... ¿sabemos lo que estamos diciendo? ¿Qué es eso de "bonzo"?


El término "a lo bonzo" no hace referencia a quitarse la vida prendiéndose fuego, sino que indica un suicidio como forma de protesta política. Así, te puedes tirar por un puente "a lo bonzo", o lanzarte frente a un tren en marcha "a lo bonzo", si antes especificas el motivo que te arrastra a ello. Eso sí, la expresión que ha prevalecido es la relativa a prenderse fuego.

Un bonzo no es más que un monje budista. Y es que fue un monje budista, Thich Quang Duc el que da origen a la expresión. Este monje nació en 1897, y se quitó la vida quemándose vivo en una céntrica calle de Saigón en 1963. Decidió protestar de esta forma por el modo en que la Administración oprimía a su colectivo.

Mientras su cuerpo ardía, no gritó lo más mínimo, y mantuvo la compostura. Tras su muerte, su comunidad intentó incinerar su corazón, pero éste permaneció intacto.
Un fotógrafo que "pasaba por allí" inmortalizó el acto, y la instantánea dio la vuelta al mundo.Es la foto que vemos en la imagen superior.

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martes, 9 de diciembre de 2008

¿Cómo llamar a un hijo?

En España no se puede llamar a los hijos como a los padres les venga en gana. Existen unos límites regulados en los artículos 54 de la Ley del Registro Civil y el 192 de su Reglamento.


En la inscripción se expresará el nombre que se da al nacido, si bien no podrá consignarse más de un nombre compuesto, ni más de dos simples. Quedan prohibidos los nombres que objetivamente perjudiquen a la persona, los que hagan confusa la identificación y los que induzcan a error en cuanto al sexo. No puede imponerse al nacido nombre que ostente uno de sus hermanos, a no ser que hubiera fallecido, así como tampoco su traducción usual a otra lengua. A petición del interesado o de su representante legal, el encargado del Registro sustituirá el nombre propio de aquél por su equivalente onomástico en cualquiera de las lenguas españolas.




Están prohibidos los nombres que perjudiquen a la persona o afecten su dignidad, como Caín o Judas. Respecto a los diminutivos, la ley admite nombres que tengan la misma relevancia que el nombre propio del que derivan, tales como Sandra, Mariola o Lola. Sin embargo, otros como Nacho y Charo no se permiten. También se prohíben nombres que no especifiquen el sexo del poseedor (aunque Trinidad, Consuelo, Cruz, Olvido o Sagrario pueden emplearse para referirse a ambos sexos), y tampoco se podrán imponer más de nombres simples que se unirán por un guión, o más de uno compuesto.

Por otra parte, se permiten los nombres de origen extranjero, de personajes históricos, mitológicos, artísticos, geográficos. Y en general nombres abstractos o de fantasía, como Libertad o África.

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jueves, 4 de diciembre de 2008

Haruo Hirota

Sobre los Kamikazes se ha ido cerniendo una especie de leyenda urbana repleta de errores y frases recurrentes que, debido a su repetición durante tanto tiempo, ya se han convertido en verdaderas, cuando en realidad no lo son.

Por eso, antes de conocer a Haruo Hirota, protagonista de esta entrada, me gustaría empezar este curioso Post histórico aclarando algunos puntos sobre estos célebres aviadores japoneses.

En primer lugar, y cómo es lógico, comenzaré por el término Kamikaze.


Su origen es bastante conocido, pero aún así, no está de más recordarlo un poco.

Nos trasladamos a los años 1273 y 1279. La flota de Kublai Khan por aquellos tiempos era muy poderosa, y ya encontramos reminiscencias de su grandeza en su abuelo Gengis Kan, cuyo nombre significa "Príncipe del Océano, Señor de los Mares". Sin embargo, esta flota no llegó a atacar Japón gracias a una serie de Tifones que la disolvieron.

Los japoneses llamaron a estos ciclones salvadores "Vientos Divinos", y aunque este es el origen de la palabra Kamikaze, sin embargo, no es su verdadera ortografía. En realidad se debería pronunciar "Shimpu". El error de traducción vino de mano de los americanos y se propagó rápidamente por todo el mundo... Salvo a Japón, donde se les conoce por su nombre original: Shimpu.


Otro error común es pensar que estos Kamikazes eran fanáticos que, en un delirio bélico y sin pensarlo, se lanzaban contra los barcos enemigos como locos. No era así... Todos fueron voluntarios. Todos eran racionalmente conscientes de que su sacrificio significaría un avance de su País.

No actuaban impulsivamente sino que recibían un duro entrenamiento, a menudo de varios meses, al final del cual, eran despedidos como héroes.

Despedida homenaje a Kamikazes.


Si os fijáis bien en la primera foto del Post, veréis que lo que cubría su cabeza era simplemente una cubierta de piel o tela, recuerdo del tiempo en el que las cabinas de los aviones eran descubiertas, y que tan sólo les servían para protegerse del viento y la lluvia, al tiempo que les sujetaba las gafas.

Los kamikazes sin embargo, no representan algo único en la Historia. Siempre ha habido personas que han sacrificado su vida para conseguir un avance en la situación estratégica de una batalla.

El Primer ataque Kamikaze de la Segunda Guerra Mundial hay que situarlo al amanecer del 25 de Octubre de 1944, cuando seis Zeros (Mitsubishi A6M) procedentes de la base de Mindanao, avistaron una unidad de Portaaviones enemigos listos para lanzar el ataque contra una de sus bases... Ante aquella situación, los pilotos japoneses eligieron.

En la estupenda web Exordio podéis encontrar un relato más detallado de este ataque.


Lo que nos lleva a la azarosa historia de Haruo Hirota.

En abril de 1945, Haruo Hirota era un joven de 19 años cuya máxima aspiración era dar la vida por su patria en el Shinpū tokubetsu kōgeki tai (Unidad Especial de Ataque Shinpū). Sin embargo, el azar tenía otros planes para Haruo y no murió, pasando a la Historia de Japón como el único Kamikaze que sobrevivió a su misión.

El plan era subir a un planeador repleto de explosivos que iba adosado a un gran bombardero, sobrevolar el océano hasta dar con un portaaviones enemigo y estrellarse contra él.

Y todo parecía ir de acuerdo a lo previsto, hasta que en plena batalla el Bombardero que sostenía su planeador fue alcanzado por una ráfaga de balas. El gran avión soltó a Haruo antes de lo previsto y el kamikaze hizo todo lo que pudo para estamparse contra el portaaviones.

Sorteó milagrosamente todas las balas de alcance que silbaban a su alrededor, pero no pudo llegar a su objetivo y se estrelló contra el mar.

Un sentimiento de deshonor invadió a Haruo cuando fue rescatado por marines estadounidenses.

-Casi alcancé al barco -explicó-, pero de repente me encontré bajo el agua.

En Japón consideraron aquella acción una vergüenza y Haruo Hirota no regresó.

Al terminar la guerra, el japonés tenía 20 años y rehizo su vida. Se casó y tuvo dos hijos.
Comenzó a trabajar en un restaurante en Washington hasta convertirse en un reputado Chef.

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martes, 2 de diciembre de 2008

Bailar Bailar!!


En julio de 1518, una mujer llamada Frau Troffea entró en una estrecha calle de Estrasburgo. Sin más comenzó a bailar de forma ferviente entre cuatro a seis días, al final de la semana se le habían unido otras 34 personas.

Al cabo de un mes, la multitud que bailaba espasmódicamente alcanzaban las 400 personas. Aunque pueda parecer hasta divertido, se llamó Plaga de la Danza y fue considerada como una extraña enfermedad. Muchos de aquellos infelices bailarines murieron a causa de paros cardíacos y otras dolencias derivadas del incansable baile.

Durante siglos este acontecimiento extraño ha dejado perplejos a científicos que intentan encontrar una causa a este intenso y mortal baile.

EL historiador John Waller, autor del libro, ”Un Tiempo para Bailar, un Tiempo para Morir: La Historia Extraordinaria de la Plaga del Baile de 1518” estudió la enfermedad en detalles y ha solucionado el misterio. La explicación que da es sobre una posible época de extrema hambruna, que pudo dar altas fiebres e impulsar momentos de desenfreno sin control.

Otra explicación es la antropofagia, la cual origina una enfermedad llamada “KURU” que no es otra cosa que la encefalopatía que muestran algunas tribus del África donde, por ritual, los guerreros se comen el cerebro de sus enemigos, aún hoy en día.


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